Hace unos días, mi hija que recién cumplió un año, comenzó con mucha tos y dificultades respiratorias. Esta situación trajo consigo muchos desvelos, llantos de mis dos hijas, niveles de stress además de una gran preocupación sobre la causa de esos síntomas. Cuento corto, el diagnóstico fue el temido virus sincicial. Casi me morí al escucharlo, siempre lo había visto en las noticias como algo súper lejano, y mi conclusión fue que estaba súper equivocada.
Con todo esto, me he dado cuenta que nuestra misión como papás, algunas veces, es ultra agotadora. Tienes que rendir en el trabajo, cumplir horarios que las enfermedades no entienden, estar pendiente de cómo funciona todo en la casa, cómo sigue nuestro hijo enfermo, además de cargar con todas las emociones (nada agradables) que sentimos cuando un hijo se enferma...incertidumbre, pena, angustia (muchas veces) miedo, cansancio...y debo reconocer que en esta ocasión también sentí rabia. Por qué rabia? porque más de un día maldije tener que trabajar temprano fuera de mi casa...y dejar a mi pollita...aunque bien cuidada, sin el cariño de mamá, que es incomparable. Gracias a Dios, y no puedo ser mal agradecida, tengo a mi mamá que cuida de ellas y mucha suerte de trabajar en un colegio en donde el tema de la maternidad/paternidad es bien comprendida y en caso de que uno tenga que faltar por causa de un hijo, no genera mayores problemas. MI PROBLEMA era que mi hija viene enferma desde Abril, por ende ya había faltado muchos días en estos meses. Esa fue mi rabia...no poder estar con ella cuando más me necesitaba. Todo esto, me ha dado para pensar en aquellos países donde el post natal es de 14 o 15 meses. La verdad es que yo ya me siento feliz de haber podido disfrutar 3 meses más, que lo que viví con mi hija mayor, pero la codicia siempre está presente y durante estos días, he envidiado a las mujeres que viven en aquellos países, porque de ser así podría haber estado con mi gordita....
Hoy amaneció un poco mejor...sigue delicada, pero también me di cuenta de la importancia que tiene la visión de maternidad/paternidad de donde uno trabaje, y soy una agradecida de trabajar en un lugar donde existe comprensión y empatía con el tema. Lo preocupante ...es la cantidad abismante de aquellos mamás/papás que no tienen mi suerte, y que veo constantemente en mi consulta...
PD: Aclaro que no soy escritora, ni pretendo serlo. Esto son sólo manifestaciones de una madre cualquiera, que ademas es psicóloga y trabaja como cualquier mortal.-
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